jueves, 27 de enero de 2011

Apareciste de la nada,
intranquilo,
insaciable,
imposible,
ansioso.

Rompiste todo espejo,
sin pensarlo,
sin saberlo y
sin medirlo.

Solo escalaste todo árbol,
el futuro no lo viste,
arriesgaste y apostaste.

Tiraste toda moneda al fuego
y derretiste todo el metal de mi coraza,
abriste mi mente - a veces tan
cerrada y errada- con una sola palabra.

Elegiste el momento justo para venir
con tu risa y sonrisa,
a intentar alegrar mis días.

Tan cerca y tan lejos,
impredecible tu próximo paso,
no me acerco ni me alejo,
decido quedarme y observar
todo tu juego. Mi juego.

Y así, impaciente, decido tomar el riesgo
doy vuelta la página
y hoy soy yo de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario