jueves, 27 de enero de 2011

Somos reales,
humanos de carne y hueso,
tenemos venas, sangre corre dentro.

Somos reales,
muchos dicen que tenemos sentimientos
y que somos superiores porque razonamos.

Somos reales y somos humanos,
somos hermanos.

No soy más superior que nadie, soy igual al mismo que ayer
me leía sobre Shakespeare.
No soy superior ni inferior que ninguno de estos
que ante la vista de un gran billete se venden
hasta en el más mínimo detalle al más oscuro contrato.

Soy humana y real,
dicen que -y de eso estoy segura- tengo sentimientos
y que puedo razonar.
Soy humana y real,
y me suelen inculcar que soy mejor que ellos.
No soy mejor que ellos, yo soy de ellos y como ellos.

Soy de los que pelean en la oscuridad,
de los que no sienten ya por tanta falta de esperanza,
de los que el frío y el hambre les calan los huesos.

Yo pertenezco a ellos, yo soy de ellos y como ellos.
Mi razón no es porque lo vivo, ese estado está lejos de mí,
mi razón es porque yo lo siento, porque yo los protejo en mi alma,
porque yo los defiendo. O eso pretendo y quiero.

Ellos, los que todos ignoran.
Ellos, los que nadie quiere ver.
Ellos, los que desde jóvenes trabajan.
De ellos, yo soy de ellos.

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