asuntos pendientes

Me di cuenta que tengo más cosas (o asuntos) pendientes de los que creía, tal vez son asuntos cortados, no lo sé, pero están a la deriva. Mis asuntos están a la deriva y solos, como colgados en el tiempo, parados en donde se los dejo, están esperando una segunda oportunidad donde tal vez no la haya. Donde probablemente no la haya. No hay segundas oportunidades, yo no las tengo.
¿Vos? No sé, vos o ustedes, o todos, son mis asuntos pendientes. Todavía me acuerdo tu última sonrisa y tu primer mensaje. Todavía. Y mira que el tiempo pasa, y mira que yo estoy enamorada de otro. Pero me acuerdo.
Creo que no está mal el acordarse, eh. El acordarse te recuerda que estuviste vivo en ese momento, o tal vez el acordarse sea una condena que no tiene fecha. Tal vez el acordarse es una condena para tu compañero. No lo sé y prefiero no pensarlo demasiado, ya pienso demasiado en demasiadas cosas.
Lo que sí sé es que están esperando el encuentro, mis asuntos lentamente se reanudan y ya no sé si quiero encontrarme con todos los asuntos que tengo. Porque muchos de ellos me dejaron a mi a la deriva.
Y yo sola aprendí a nadar, yo sola encontré mi barco y ahora estoy navegando. No sé si quiero que se suban a mi barco, ahora que aprendan a nadar ellos solos.

(pero tal vez, solo tal vez, hoy me duerma repitiéndote una y otra vez)