martes, 15 de noviembre de 2011

las manos

Su mano se entrelazó suavemente con la de ella por exactamente treinta segundos. Fue casi un impulso, tal vez él no se dio cuenta, pero ella sí. Ella sintió algo que definiría como adrenalina pero no exactamente, la sensación era algo en el pecho o tal vez en la boca del estómago y a la vez sentía cómo los dedos de sus pies cosquilleaban. Y luego, chau mano.
Siguieron caminando, como si nada hubiera pasado, dándose un beso de vez en cuando, pero nunca volvieron a agarrarse las manos.

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