martes, 20 de marzo de 2012

hay una cosa genial a la cual llamamos noche

Hay una cosa genial a la cual llamamos noche. En la noche te veo a vos, que estás a exactos setecientos treinta y seis kilómetros de distancia, como si estuvieras en el edificio de enfrente. Miro por mi ventana y veo tu velador prendido, vos acostado en tu cama, escribiendo frenéticamente como siempre o durmiendo mientras babeás la almohada de al lado. Mi almohada. Digo, esa tendría que ser mi almohada. Si me pongo caprichosa tendrías que estar babeando mi hombro mientras yo leo apuntes y vos dormís. Pero no, hoy no.
Yo estoy en mi típicamente Buenos Aires y vos allá, dando clases en una escuela y ayudando a la sociedad más que yo. Alguna vez lo hicimos juntos. También me dijiste que me amabas pero que tenía que elegir. Si no me equivoco al citarte lo dicho fue "tu egocentrismo es más grande que todo el amor que yo te tuve, te tengo y te tendré. Todo lo que yo te puedo dar está en este pueblo. Si vos lo que necesitás es viajar en subte leyendo a Pizarnik para sentirte especial andá a Buenos Aires y hacelo, pero leer a Pizarnik o a Marx en pleno subte en hora pico mientras te clavan un paraguas y diez personas se agarran de vos no te hace especial. Así que elegí, andate a Buenos Aires a trabajar en una oficina donde te pagan bien pero no saben tu nombre o seguí acá enseñando y dándole un poco más de significado a la vida", todavía me acuerdo de tu mirada clavada en mi espalda mientras yo armaba las valijas y de la vergüenza que sentí cuando me dijiste que al final yo era pura pose. No lo era, no lo soy, pero en ese momento sentía que necesitaba más. Ahora sé que no.
Después de un novio y medio y otras cosas, después de volver a trabajar en ese lugar y que todavía no sepan mi nombre, después de darme cuenta que todavía siento esa sensación extraña pero hermosa en el pecho cada vez que pienso en vos, después de verte (o imaginarte) todas las noches desde que te dejé y sintiendo celos hasta de una almohada decidí ser algo así como valiente. Todavía guardaba tu número.

1 comentario: