domingo, 23 de septiembre de 2012

subte.

Vos. Mientras yo siga contando esa historia, ésta historia, nuestra historia, vas a seguir existiendo. Vas a seguir respirando en el mismo vagón que yo, al lado mío, y yo seguiré anotando todo en un rojo furioso. El beso seguirá vivo. Tu lengua seguirá siendo mi lengua. La vida seguirá siendo vida. Seguiremos.
Mientras la historia se perpetúe ésta no morirá. Una lengua no está muerta mientras quede en alguien, mientras alguien la hable, la escriba, la piense. Por eso yo hablo del encuentro, lo repito una y otra vez en mi cabeza. Quiero que vivas. Repito tu nombre a escondidas mil y un veces. Quiero que vivas. Quiero que la historia se alargue, no me gustan los cuentos cortos. Quiero que vivas.
Pero por alguna razón sé que no vas a volver y no vas a vivir. No vas a ser real. El beso habrá sido solo un beso, las palabras que dije serán inconclusas e incompletas pero quedarán quietas. Como las tuyas. Zurdita dijiste. Pero lo dijiste bien.
Lo dijimos bien.

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