hartazgo

Estoy enojada y estoy harta. Tengo ganas de estar con todos y de no estar con nadie. Ahora no quiero estar con nadie, estoy harta de que no me quieran de verdad, estoy harta de llorar a escondidas, estoy harta de sonarme los mocos, estoy harta de que me duela la cabeza, estoy harta de comer para tapar la angustia, estoy harta de estar harta. Los odio, los odio a todos. No los soporto más, no entiendo nada más, a ninguno. Para peor, me molesta que me digan cómo me tengo y cómo no me tengo que sentir. Yo me siento así y ya está, yo no me puedo sentir de otra forma. No me sale sentirme de otra forma. No me sale no dar todo, no me sale ser paciente, no me sale ceder el espacio para que el otro encuentre su espacio en mi. Yo lo único que hago es dar, dar, dar. Estoy harta de dar. Estoy harta de todos y de cada uno de todos. De todos y de todas un poco también. Dejen de decirme cómo me tengo que sentir. Lo único que quiero hacer es mirar una pared todo el día. Mirar Utilisima todo el día. Mejor: mirar Los Soprano todo el día y querer que Tony Soprano me abrace. Realmente quiero que Tony me abrace. Claro que el actor se murió. Porque al fin y al cabo: todo esto que me rodea y que voy tocando se va muriendo.
Se va muriendo, ¿entendes?
Adentro y un poquito y un poquito y poquito y flojito y pasito y como caracol y te vas muriendo.
Te estás muriendo.
Y yo también. Yo me estoy muriendo.
Y estoy harta de morirme. Un poquito.