jueves, 27 de enero de 2011

intentos de teatro

(En la sala a casi oscuras salvo por una luz, ahí está Clara, en el medio de la sala. Tiene una silla al lado de ella)
Clara.- (Como hablándole a alguien) De los que capturan imágenes en el viento, de esos era él. De los que dan besos a los gritos, de esos también. De los que sus abrazos eran asfixiantes y suaves a la vez. (Pausa, se sienta en la silla) Yo lo apreciaba tanto pero no lo quería, lo dejé ir. Tal vez fui cruel pero llegó un momento en que, es que... (Exasperada, como si ya no encontrara escusas, se para de la silla y camina) ya era demasiado, pero lo extraño tanto, tanto que la luna parece estar más lejos cada noche y el sol, el sol nunca me da luz. Siento que tengo una copa de árbol sobre mí por siempre, cada vez más grande, un bosque de pinos y oscuro. Horrible, nunca me gustó la oscuridad. (Se sienta devuelta, mira hacia la izquierda) Yo ya no sé dónde se esconde el sol, donde mamá guardó las velas y los fósforos, donde está el interruptor, ¿aún guardamos aquellas linternas? Es tan triste que hay veces que pienso que las orugas la pasan mejor, que las hormigas que son trabajadoras incesantes son más felices que yo. Pero no, yo la paso bien ¿soy injusta y egoísta, no? (Dice lo siguiente nerviosa, con la mirada perdida, con voz fuerte) Es que, es que yo me equivoqué, es que yo ya no sabía qué hacer para que el me ame más. Yo quería que él me ame más que a todos y a todo o que nada, que no me ame. Porque yo soy la única. Ni la madre, ni la hermana, ni menos que menos la abuela. Yo soy la única mujer y hombre. Soy todo, soy su todo pero no, ¡ja! él me dejó. Se ve que no me quería tanto como decía que me quería, ¿no? ¿No es así? ¡Contésteme!
Voz.- Lo que más me apena es escucharte decir esto Clara, nunca escuché algo tan egoísta e injusto. Insensatas son tus palabras. Deberías apagarte y hundirte, consumirte en la más profunda sombra. Con que amarte más que todo hombre y mujer, pero Clara, no seas boba, de eso no se trata. Se trata de amar sin medidas, sin límites, no a más que todo. Recuerda Clara que esto, el amor, no es una competencia. Hay que dar y recibir, ante todo dar porque siempre se recibe pero hay veces que uno, uno no da nada y se queda tan corto. Tan corto, y bajito, y arrepentido. Ante todo dar amor, y Clara, en este caso hiciste todo lo contrario.
(Clara se pone la cabeza en las manos, las manos sobre las rodillas y llora, llora desconsoladamente)
Clara.- Es que, es que yo, es que todo, todo se me fue tan de las manos y yo, y él y no puedo. Me equivoqué. No hay nada que hacer. Que ame, que amen, yo no me lo merezco.
Voz.- Pero Clara, si tan solo...
Clara.- ¡Que no, que no me lo merezco! Basta de mentiras, de excusas, no me lo merezco. Mi corazón es de piedra, frío y gris.
(Clara se para bruscamente, tira la silla, sale de la sala dando pasos fuertes, se oye una puerta abrirse y al fin, un portazo. Silencio. Se apaga la luz)

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