Los grillos me gritan acá
desde el campo que está allá
alumbrándome y guiándome el camino,
diciéndome qué hacer.
¡qué hacer!
no sé qué hacer,
nadie sabe qué hacer,
qué sentir,
qué beber,
qué cocinar un domingo a las 9 p.m.
La complejidad de todas las palabras
que están tejidas y bordadas en mi delantal,
esas que te ilustran e ilustran todo momento.
La curva del tobogán amarillo que refleja el rojo
y todo lo que toco es poco,
no entiendo nada que es mucho,
quiero acostarme sobre todo.
La maleza, la yerba mala, el pasto,
arena y mar.
Todo eso que no me gusta ni del todo me disgusta
todo eso quiero acostarme en, tener.
Pero no sé qué voy a tener.
Cómo saber y elegir,
no podemos no elegir.
Todo es una elección,
mismo el no elegir.
Y esto se desvirtúa,
se nos va,
se nos fue,
decile chau al tren
desde el andén.
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