no tengo ganas de escribir
no tengo ganas de sentarme a procesar
no tengo ganas de contarle a la psicóloga mil y un veces las mismas cosas
ya ni sé si me escucha
ya ni sé si yo me escucho
ya ni sé si amanezco
o no me dormí nunca
tal vez sea eso:
no me dormí nunca
seguí seguidito caminando y sin escuchar
¡pero escribía!
ya no
bueno, si
decía:
déjenme correr tranquila que a veces
(a veces)
está bien escaparse de los mambitos propios y ajenos
No hay comentarios:
Publicar un comentario